30 años cooperando por la igualdad: #YoQuieroPazyDesarrollo

30 años cooperando por la igualdad: #YoQuieroPazyDesarrollo

Este 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, dona 8 euros por la igualdad.

En Paz y Desarrollo continuamos con nuestro compromiso por la igualdad de género. En este 8 de marzo, reafirmamos uno de nuestros principios como organización: lograr la igualdad entre hombres y mujeres, niños y niñas, de manera glocal. En un momento en que el COVID-19 ha aumentado las brechas sociales, al tiempo que ha evidenciado el desigual reparto de las tareas de cuidados, queremos aprovechar la oportunidad para visibilizar el papel de las mujeres en los procesos de sostenibilidad de la vida. 

¿Cómo lo haremos? A través de las historias de Mariama, Ndeye, Victoria, Florencia o Carolina, mujeres que han logrado dejar atrás el ciclo de la violencia y la discriminación por el hecho de ser mujeres y se han convertido en líderes de sus comunidades a través del empoderamiento, la sororidad y la cooperación internacional. Hacemos así un repaso por los países en los que trabajamos: Senegal, Guatemala, Bolivia, Ecuador, Filipinas, Guinea Bissau, El Salvador y España. 

Si quieres ayudarnos a continuar cooperando por la igualdad, este 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, dona 8 euros y contribuye a la sostenibilidad de la vida, a la igualdad de todas y todos. ¡Estás a un solo paso!

Dona aquí: ES27 2103 3050 0100 3004 8888. ¡Gracias por tu contribución!

CHRISTELLE DIEDHIOU

Christelle Diedhiou, mujer consejera perteneciente al comité forestal de Oukout.

En la foto está en el taller de validación del estudio de mecanismos comunitarios y tradicionales sobre la gestión de productos forestales no madereros en las comunas de Suelle, Karthiack, Kataba 1, Oukout y Ziguinchor, en el marco del proyecto 19PC002 (‘3 Fruits’) financiado por la AEXCID.

Christelle forma parte del comité forestal de Oukout, el cual ha sido creado en el marco del proyecto 3 Fruits  a través de la dotación de material para la realización de acciones de prevención de incendios, se han dado formaciones sobre reforestación natural asistida (RNA) a las personas miembro del comité, y, se está haciendo un acompañamiento en las labores del comité (sensibilización a la población, apoyo financiero para las albores de desbroce y preparación de cortafuegos y difusión de buenas prácticas de gestión de recursos forestales).

Christelle es una mujer que trabaja en la transformación de alimentos en una pequeña unidad instalada en su propia casa.

En ella transforma a pequeña escala frutas y verduras para después vender el producto final transformado. Christelle resalta el importante rol que el bosque tiene en su sociedad, a nivel económico, pero también a nivel social y cultural. Como mujer cree que su papel es fundamental en la defensa de la protección y gestión sostenible de los recursos forestales, pues como ella dice, las mujeres están en todas las actividades no ilícitas relacionadas con e bosque. Son recolectoras de frutos forestales, son recolectoras de madera muerta, son las que limpian ciertas zonas para evitar incendios, son las que luego transforman esos productos que recolectan y son las que se sirven de esos productos para alimentar a toda la familia. Es por ello que es fundamental su protección.


SONTOU KHADY KAMARA

Sontou Khady Kamara, gerente de la tienda del GIE Santa Yallah.

La foto fue tomada en las instalaciones del GIE Santa Yallah donde cuenta con una tienda para la venta de sus productos transformados derivados de los 3 frutos forestales en los que se centra el proyecto ‘3 Fruits’ financiado por la AEXCID. El GIE Santa Yallah es un grupo de interés económico formado en su mayoría por mujeres que realizan la transformación de frutas, verduras y productos pesqueros en productos finales como mermeladas, zumos, siropes, confituras, gamas secas, especies como el netotu, pescado seco, etc.

Todas estas mujeres conocen el valor de los productos autóctonos de Casamance, por ello, buscan la autonomía económica a través de la valorización de los productos locales. En el proyecto se están haciendo formaciones sobre la trasformación de los tres frutos forestales y la normativa senegalesa en cuanto a normas de higiene y seguridad. Además, el proyecto les ha provisto de una cantidad de embalajes adecuados para los productos, y ha participado en una feria local con ellas para la promoción de sus productos. Todo ello contribuirá a mejorar la cadena de valor de los tres frutos poniendo de relieve el papel fundamental que la mujer tiene en estas cadenas de valor (recolecta, transformación y venta).

 


MARIAMA COLY & NDEYE DIATTA

Mariama Coly, a la izda. y Ndeye Diatta a la derecha. Mujeres recolectoras de Ditax (uno de los tres frutos meta del proyecto ‘3 Fruits’  financiado por la AEXCID.

Ambas mujeres son del pueblo de Thiobon en la comuna de Karthiack. Ambas trabajan en la recolecta de frutos forestales como el ditax y el madd, frutos muy abundantes en los bosques que rodean su pueblo.  Sin embargo, esto se produce en un periodo concreto del año, el resto del año trabajan en sus propias explotaciones agrícolas o en la elaboración de productos artesanos como la alfarería. Ambas nos cuentan como se están notando los efectos del cambio climático en la comunidad, las tierras son menos fértiles debido a la salinización de estas, a la vez se produce cada vez más erosión del terreno debido a las fuertes lluvias y viento que cada vez son más habituales durante la época de lluvias (‘hivernage’).

Con el proyecto 3 Fruits  se ha trabajado con las mujeres recolectoras dando capacitaciones sobre técnicas de reforestación natural asistida (RNA) para que puedan conservar los recursos forestales y desarrollar una gestión sostenible de los recursos. Además, se trabajará con ellas para la elaboración de una convención local en la protección de los 3 frutos, pues son un claro ejemplo, ya que, en el pueblo de Thiobon ya existe una convención local no escrita sobre la recolecta del Ditax. Sin duda son uno de los motores de cambio en su comuna.

VICTORIA GONZÁLEZ

Guatemala: rompiendo el cerco de alambre

Victoria González es promotora de salud rural y huertos familiares. Fue la primera mujer de la comunidad de Chiquimula (Guatemala) en sacarse el sexto grado. “Las chicas solo llegaban a tercero y a cuarto, pero yo fui la primera en romper el cerco de alambre”, relata Victoria. A los 15 años obtuvo su diploma como promotora de salud rural y a los 16 años atendió su primer parto. 

Su historia es el ejemplo de la superación de la discriminación a la que se ven abocadas miles de mujeres y niñas por el simple hecho de serlo. Y es que en Guatemala son múltiples los factores que determinan la vida de las mujeres. En primer lugar, su formación se ve marcada por un nivel de escolaridad menor al de los hombres: según datos de 2018 del Índice de Desarrollo Humano, el promedio es de solo 6,4 años para las mujeres y 6,5 años para los hombres. Desde edades muy tempranas, las niñas guatemaltecas ven su camino dirigido hacia el cuidado no remunerado del hogar.

Además, la etnia es otra cuestión determinante en las discriminaciones que sufren muchas mujeres indígenas. En Guatemala existen 25 etnias, de las cuales, 22 tienen origen maya y el resto se dividen en ladina, xinka y garífuna. Respectivamente, cada grupo étnico tiene su propio idioma: 22 lenguas mayas, idioma xinka, garífuna y español (etnia ladina). Las mujeres indígenas sufren discriminación por su ropa (el vestido tradicional) o por el sitio donde se han formado.

La punta del iceberg de la violencia y discriminación se observa en el número de mujeres asesinadas por violencia machista. Entre el 1 de enero y el 20 de abril de 2020 se registraron 138 muertes por violencia de género en Guatemala, siendo uno de los países con las mayores tasas de muertes violentas de mujeres (9,7 de cada 100.000 personas).

Victoria y otras muchas mujeres han logrado superar el ciclo de la discriminación por razón de género. ¿Nos ayudas a seguir empoderando y capacitando a las mujeres para romper con sus cercos de alambre? Este 8 de marzo dona 8 euros y ayúdanos a seguir cooperando por la igualdad: #YoQuieroPazyDesarrollo.

FLORENCIA SÁNCHEZ

Bolivia: si prosperan ellas, prospera la economía.

Florencia Sánchez es una mujer indígena quechua madre de 5 hijos/as (3 varones y 2 mujeres), dedicada a la agricultura y a la ganadería (cría de ganado caprino). Además, trabaja junto a un grupo de mujeres en la panadería puesta en marcha a través de uno de los proyectos de Paz y Desarrollo en 2012. Actualmente, forma parte de la mesa directiva de la asociación local como Vocal, y fue integrante de la Junta Escolar de la Unidad Educativa.

Ella, junto a compañeras como Emiliana, Ana y Ruth, han logrado prosperar y, con ellas, la economía del país. Sin embargo, como indican desde ONU Mujeres Bolivia en su informe del año 2018, no todas las mujeres son dueñas de los activos productivos ni reciben un salario igual al de hombre por hacer el mismo trabajo: “En Bolivia, cerca de 7 de cada 10 mujeres económicamente activas trabajan en condiciones de informalidad y sin que se respeten sus derechos laborales”.

Según datos del INE 2017, la remuneración media en el sector privado es un 30% inferior para las mujeres frente a los hombres. A todo ello se suma la abrumadora carga de trabajo no remunerado que soportan las mujeres. De acuerdo a los datos del Banco Mundial del año 2015, “las mujeres dedican cuatro veces más tiempo a las tareas domésticas no remuneradas que los hombres”.

Paradójicamente, la participación laboral femenina en Bolivia es una de las más altas de América Latina y El Caribe (62%) comparada con el promedio regional (54%). Sin embargo, la inserción en la fuerza laboral resulta tener marcadas condiciones de desigualdad entre hombres y mujeres. 

¡Rompamos con esas barreras! Ayúdanos a seguir potenciando los emprendimientos mujeres; solo así lograremos terminar con el ciclo de la violencia y la discriminación.

Este #8M, dona 8€ y contribuye a cooperar por la igualdad: ES27 2103 3050 0100 3004 8888.

CAROLINA TAPUYO

Ecuador: Sostener la vida y acabar con los roles de género.

Nathaly Carolina Tapuyo Zambrano: tengo 26 años y antes de iniciar mi proceso de empoderamiento me dedicaba exclusivamente al cuidado de mi familia.

Tras participar en el proyecto “Juventud Construyendo Su Futuro Sin Violencia”, inicié una formación en liderazgo, autoestima y violencia de género que me ayudó a tomar consciencia de mi vida y romper como zona de confort proporcionando en mi más confianza. Paralelamente inicié un proceso de formación técnica ocupacional y ahora tengo una pequeña panadería que poco a poco ha ido generando ingresos para el hogar.

Actualmente estoy estudiando a distancia una Licenciatura en Enfermería.

Y con esto puedo decir que, si uno se propone hacer las cosas, lo logra todo, enfocándose en los objetivos propuestos y no rindiéndose.

 

Carolina Tapuyo es un ejemplo de una joven emprendedora que vive en Isla Muisne, en la Provincia de Esmeraldas. Ella es parte de los proyectos de Paz y Desarrollo en la región.

En Ecuador se apoya a través de capacitaciones a las mujeres y juventud para que cuenten con herramientas para acceder a trabajos más dignos y una vida familiar sana y corresponsable. Trabajar con hombres y mujeres en este aspecto es fundamental para sensibilizar sobre la importancia de la sostenibilidad de la vida, la coeducación, la corresponsabilidad y la igualdad de género.

Según datos del gobierno de Ecuador, en 2017 el índice de escolaridad en zonas urbanas era de 11,32 años y en las zonas rurales de 7,50 años. Destaca que el menor índice de escolaridad se ubica en las áreas indígenas, con un promedio de 6,56 años.

¡Acabemos con los obstáculos! Ayúdanos a seguir potenciando los emprendimientos y la educación de las mujeres; solo así lograremos terminar con el ciclo de la violencia y la discriminación.

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GLOUAN T. SENONIS

Filipinas: Trabajemos por la sostenibilidad de la vida.

Glouan T. Senonis puede afirmar que fue víctima de violencia económica: “No se me permite usar el dinero de mi marido”. Pero también física; tanto ella como sus hijos han sufrido el maltrato y los golpes de su marido.

Gracias a los seminarios impartidos desde PhilDHRRA y Paz y Desarrollo ha conocido la legislación vigente en Filipinas en materia de igualdad y ahora está dispuesta a aplicarla en su hogar. 

El país presenta una doble cara. Por un lado, ocupa el número 16 de 153 en el ranking de países con mayor igualdad entre hombres y mujeres. En la región este de Asia y en el Pacífico, es el segundo país con mayor igualdad solo por detrás de Nueva Zelanda. Además, es el único país de Asia Oriental que ha tenido dos mujeres jefas de Estado: Corazón Aquino de 1986 a 1992 y Gloria Macapagal Arroyo de 2001 a 2010. 

Las mujeres también tienen un papel importante en las empresas; ocupan un 46,58% de los cargos directivos en empresas filipinas, casi el doble del promedio mundial, según un informe sobre 35 países de todo el mundo publicado por la consultora británica Grant Thornton en 2018.

Sin embargo, todo ello se enmarca en un contexto ultraconservador en el que algunas de las reivindicaciones feministas históricas, como el divorcio o el aborto, no están permitidas. Al mismo tiempo, su presidente es mundialmente conocido, entre otras cosas, por sus comentarios misóginos, sexistas y despectivos hacia las mujeres. Por ejemplo, suyas son declaraciones como “Dicen que se están produciendo muchas violaciones en Davao (ciudad de Filipinas). Si hay muchas mujeres bonitas, habrá muchas violaciones” o “pueden recibir un aluvión de órdenes sin quejarse» en cuanto a su preferencia por contar con hombres en los cargos importantes de su gobierno.

¿Qué aprendizajes extraemos del contexto y la historia de Glouan? 

  • Existen diferentes formas de discriminación sobre las mujeres en las que confluyen no únicamente su género sino también su clase social, sus capacidades, etc.
  • La educación y las capacitaciones son un elemento clave para romper con el círculo de la violencia de género.
  • El trabajo colectivo de las mujeres para luchar por sus derechos y ser autosostenibles es fundamental, especialmente en un contexto marcado por los desastres medioambientales.

¡Trabajemos por la sostenibilidad de la vida!

Este 8 de marzo, ayúdanos a seguir cooperando por la igualdad y rompiendo con el círculo de la violencia al que se enfrentan mujeres como Glouan en diferentes partes del planeta. Dona 8 euros: ES27 2103 3050 0100 3004 8888. 

Guinea Bissau tiene una brecha de género del 65.6%, un dato que se deduce después de analizar la división de los recursos y las

 oportunidades entre hombres y mujeres. El tamaño de esta brecha también es tan significativo por la desigualdad en la participación en la economía y el mundo laboral cualificado, en política, acceso a la educación y esperanza de vida de las mujeres.

Unicef identificó dos necesidades prioritarias para su plan de actuación de los próximos en Guinea Bissau: promover el acceso de las adolescentes a unos servicios sanitarios orientados a la mujer, para terminar con la mutilación genital femenina, y acabar con el matrimonio infantil. Y es que, precisamente, estas son dos de las principales formas de violencia a las que se enfrentan las mujeres en el país.

 

Apóyanos para seguir llevando a cabo proyectos enfocados a acabar con los ciclos de violencias machistas.

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Mujeres salvadoreñas rompiendo con los estereotipos de género 

Patricia Rivas es una mujer lideresa en El Salvador y nos cuenta cómo se han empoderado las mujeres de su comunidad: “La mayor parte de las mujeres en mi comunidad desempeñan el papel hogareño, se dedican al cuidado de su familia y de su casa”. 

Junto a Paz y Desarrollo y a través de formaciones motivacionales y talleres sobre los derechos de las mujeres, Patricia y otras mujeres de su comunidad se han lanzado a cambiar los estereotipos de género a través del uso de sus capacidades, consiguiendo sus metas y logrando ser autosuficientes.  

De esta forma, están cambiando el status quo por el que las mujeres son sumisas, y reclaman su derecho a ser dueñas de sus vidas y a demostrar todo lo que valen. 

¡Acabemos con los obstáculos! Ayúdanos a seguir potenciando los emprendimientos y la educación de las mujeres; solo así lograremos terminar con el ciclo de la violencia y la discriminación.

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Mariama, Ndeye, Victoria, Florencia, Carolina, Glouan, Patricia y María. Ellas son #8M. Ellas son sostenibilidad de la vida. De cada una, hemos podido extraer un aprendizaje que hoy, Día Internacional de las Mujeres, reivindicamos para lograr sociedades más justas e igualitarias. 

Por ello, este año alzamos nuestra voz virtual para exigir:

Procesos de empoderamiento económico en los que las mujeres sean las protagonistas.

Necesidad de que los gobiernos locales cubran las necesidades básicas del entorno donde habitan las mujeres expuestas a situaciones de violencia.

Participación ciudadana e incidencia política abiertas a hombres y mujeres en igualdad de condiciones.

Acceso a la educación y formación a todos los niveles. 

Reconocimiento de los derechos de propiedad de las tierras, fin de la violencia patrimonial e igualdad en las condiciones de trabajo.

Erradicación de cualquier tipo de violencia contra las mujeres. 

Solo así empezaremos a hablar de que se está dando una sostenibilidad de la vida, de la que ellas son nuestras maestras y de la que desde Paz y Desarrollo tratamos de formar parte a través de nuestras acciones. ¿Nos ayudas?

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