Hogares dignos para tu comunidad.
El panorama socioeconómico de Guatemala, atendiendo a la caída de la producción, la consecuente pérdida de empleos y los devastadores efectos sobre el bienestar de la población, que han sido resultado de la pandemia del COVID–19 y otras crisis como tormentas tropicales presentadas en el año 2020, ha implicado un aumento de la pobreza, extrema y no extrema, en el país; y que, sin el apropiado diseño de planes basados en metas de largo plazo, y que se implementen como parte de políticas de Estado dirigidas a reducir la vulnerabilidad de la población y una mayor construcción de equidad, esta situación podría volverse aún más grave.
Según el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI) -en el documento: Guatemala: La crisis del COVID-19, su impacto sobre la agenda de los ODS, octubre 2020-, en Guatemala el 59,3% de la población se encuentra en condiciones de pobreza y 23,4% de pobreza extrema; escasamente el 56% de la población total tiene acceso a agua potable, y cerca del 72,0% de la población trabajadora, labora en el sector informal, lo que impiden alcanzar los niveles de ingresos y de acceso a tecnología fundamentales para garantizar una vida digna.
A esto se suma que Guatemala tiene un déficit de vivienda que alcanza el 90 por ciento, la segunda tasa más alta de Centroamérica, -de acuerdo con el Estudio Comparativo: el Estado de la Vivienda en Centroamérica, 2016-. La falta de garantía del derecho a una vivienda digna, adecuada y saludable limita la capacidad de las personas y comunidades de enfrentar la pandemia, especialmente en áreas rurales en situación de pobreza, ya que cuando las personas carecen de vivienda adecuada, agua o jabón, se hace difícil cumplir con las medidas de salud, lo cual aumenta las vulnerabilidades a la desnutrición y de las enfermedades que agravan el estado nutricional, por lo que los efectos del COVID -19 se perciben más en estas poblaciones, aumentando las brechas de pobreza y desigualdad, haciendo imposible el ejercicio de los derechos de las personas, especialmente al de alimentación y vivienda digna.
El proyecto se alinea con el ODS 2 y 11 y la Meta 11.3. Aumentar la urbanización inclusiva y sostenible y la capacidad para una planificación y gestión participativa, integrada y sostenible. La acción se desarrollará en Camotán un municipio al Oriente de Guatemala, que es altamente afectado por la desnutrición, pérdida de cultivos e infraestructura durante las tormentas en 2020 y con déficit habitacional alto. En ese sentido el proyecto tiene como objetivo: Fortalecer capacidades y condiciones de familias vulnerables y gobierno local para el diseño e implementación de entornos comunitarios inclusivos y resilientes ante la pandemia del COVID – 19 y otras crisis en Camotán, mediante:
1. La promoción de capacidades de planificación y gestión territorial basado en el enfoque derechos en la municipalidad de Camotán, para el diseño e implementación de políticas en habitabilidad que generen entornos comunitarios resilientes y saludables.
2. La mejora de las condiciones de habitabilidad de familias vulnerables por el COVID-19 y otras crisis.
3. El fortalecimiento de las capacidades de las familias para la adopción de estilos de vida saludables y equitativos que incidan en la disminución de las vulnerabilidades a la desnutrición, pandemias, cambio climático y otros desastres bajo el enfoque basado en derechos.
Las casas de Tular. Casas hechas en su mayoría de hojas de palmera y plataneras.
Autor de las fotografías: Carlos Zaparolli
Vídeo resumen del proyecto
Proyecto financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo