Guatemala sigue en emergencia después de la segunda erupción del año que el volcán de Fuego generó el pasado 3 de junio, produciendo columnas de ceniza de hasta 10 mil metros de altura sobre el nivel del mar, con un descenso de constantes flujos piroclásticos, fuertes lahares y nubes ardientes con temperaturas de hasta 700 grados centígrados, afectando a varias comunidades y más de un millón setecientas mil personas.
Según datos oficiales, esta erupción afectó a 1,7 millones de personas, obligó al desalojo de cerca de 13.000 vecinos de la zona de riesgo, y dejó 197 personas fallecidas, 231 desaparecidas, 27 heridas y más de 3.000 albergadas.
El volcán de Fuego mantiene en estos momentos una nueva fase de erupción con abundante efusión de lava que viene acompañada de columnas de ceniza y gases a una altura de 5 mil metros sobre el nivel del mar, según el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología –INSIVUMEH-.
Aunque el estado de alerta en estos momentos es de nivel moderado, las familias cuentan que han perdido todas las cosechas de café, maíz, frijol, banano y plátano. Estas plantaciones han quedado enterradas bajo una capa de ceniza volcánica, generando la necesidad de apoyo inmediato en el abastecimiento de alimentos y equipos de salud, ya que estas plantaciones son el motor y el medio de subsistencia de estas comunidades.
Paz y Desarrollo trabaja en Guatemala desde hace 20 años, siendo la Ayuda Humanitaria una de sus líneas de acción. Como organización internacional comprometida con la igualdad de género, un equipo de diagnóstico de la organización recabó en la zona las necesidades de primera mano de las mujeres, niñas y adolescentes en las comunidades afectadas por la erupción del volcán, entre las que destacan artículos de higiene, pañales, ropa interior, así como la restauración de los techos de sus casas. Debido a la pérdida de cultivos, expresan además una alta preocupación por su alimentación en los próximos meses.
En este contexto, la Fundación Unicaja, mediante aportación económica entregada a Paz y Desarrollo, colabora con la población afectada por la erupción del Volcán de Fuego.