Después de la anodina cumbre del G-20, lo único que parece puede tener alguna importancia han sido las reuniones a puerta cerrada de los líderes de EEUU y Rusia. Nadie sabe de qué han hablado y no sueltan prenda. Pero sin duda han abordado, al menos, dos aspectos fundamentales en el nuevo mapa estratégico internacional que nos afectan a los demás países.
La nueva guerra fría iniciada entre Obama y Putin ha quedado enterrada. La cuestión Estado Islámico, Siria, Yemen, Qatar, Israel, Palestina, Afganistán e Irak, han estado en el compromiso adquirido por ambos mandatarios para fijar una posición común, aunque se visualice independiente, que consiga el control y retorno a formas clásicas de colonización económica y política que pronto veremos aflorar en el escenario internacional.
La otra gran cuestión abordada en su reunión secreta ha sido Corea del Norte. Aquí les falta el apoyo firme de China a la que intentarán compensar con dádivas necesarias para el gigante asiático (control de materias primas en África, territorios en América Latina y, sobre todo, la garantía de suministros de gas y petróleo en el momento de avance del desarrollo Chino).
La Unión Europea ha quedado relegada a un segundo plano, si es que alguna vez estuvo en el primero, consecuencia del Brexit, dejando claro que EEUU más el apoyo de Reino Unido encabezarán la pata occidental en los nuevos procesos de control mundial. Al mismo tiempo, Rusia se afianza resolviendo sus conflictos con Ucrania y controla los suministros básicos para la Europa Desunida y mantiene vivos sus intereses en Oriente Próximo.
Así pues, el nuevo mapa se dibuja con tres grandes potencias controlando las estrategias: EEUU, Rusia y China. La lucha contra Estado Islámico les une a los tres, convirtiendo en oportunidad de oro aprovechar una intervención y control de territorios para posteriores intereses económicos. Es decir, acabar con el Estado Islámico es una prioridad pero con el beneficio colateral de un posterior control sine die de las zonas intervenidas, mientras se convierten en garantes de la futura paz en Siria y los países en conflicto.
En cuanto a Corea del Norte no han llegado a ningún acuerdo firme, ya que tienen que hablar con los chinos. EEUU va a jugar la baza de conseguir el silencio cómplice de Rusia ante una más que posible intervención militar en Corea, a cambio del silencio de EEUU sobre las acciones de control de Rusia en los antiguos países de la Unión Soviética y su peso específico en Siria. China tendrá la balanza para permitir que estos planes se desarrollen así o consigan suavizar la tensión creciente en torno a Corea del Norte.
Ocurra lo que ocurra, lo que parece evidente es que las nuevas líneas de la política exterior se van a trazar en secreto, no las van a difundir y las tendremos encima cuando se estén desarrollando. Se vuelve a la Diplomacia de las Cañoneras de Reagan y mucho me temo que nos esperan años de conflictos intensos que pongan en peligro la paz mundial.
Artículo publicado originalmente en Diario Córdoba por nuestro director Francisco Pineda Zamorano*.
* Experto en Relaciones Internacionales y Cooperación al Desarrollo.